Cartagena mi ciudad nativa

"El mundo es un lugar peligroso, no por quienes hacen el mal, sino por aquellos que ven y no hacen nada" A. Einstein

Cartagena, una ciudad a pesar de sí misma. Hoy 1 de junio de 2018 cumple 485 años de fundada, y hoy los motivos de celebración son muy pocos; mi ciudad nativa no tiene administrador a causa de fallos del procurador y el tribunal.

Entre elecciones típicas y atípicas, nos parecemos a un equipo de fútbol que cambia constantemente de entrenador.

La ciudad crece por generación espontánea en áreas de inmigración, por desplazamientos dolorosos que se van asentando en las goteras de la ciudad. He sostenido en diferentes escenarios que debemos comenzar a cambiar la vocación geográficamente hablando de la ciudad, dado que su centro administrativo e histórico dejó de ser el centro, y hoy es parte de la periferia por el crecimiento desordenado en las zonas suroccidental y suroriental.

A pesar que los últimos indicadores muestran que no ha aumentado el desempleo, la informalidad es agobiante y se siente; una ciudad que debe tener una vocación de servicio turístico es acosada por todas las plagas que ahuyenta al turista. Esto es resultado de la ausencia de oportunidades para que nuestras familias tengan educación y paz en el interior de las mismas.

Cuando cumpla 74 años de edad con la voluntad de Dios, mi ciudad deberá cumplir 500 años; para ese día espero no estemos escogiendo cada año un nuevo alcalde.

La ciudad necesita urgentemente un alcalde en propiedad y luego una seguidilla de alcaldes sin dueños, con equipos idóneos en cada secretaría y centro administrativo. Vigilar los recursos y una planeación a otros 500 años más como cualquier ciudad del continente europeo. La lista de necesidades es enorme, comenzando por las sociológicas, donde el centro sea el cartagenero y su familia; luego las inversiones sociales paralelo a la infraestructura para defendernos de los embates de la naturaleza.


La malla vial es vergonzosa en todos los estratos sociales. Los servicios públicos onerosos y deficientes. La madeja de redes en la postificacion de la ciudad es una vergüenza, las inexistentes aceras y la basura regada como si hubiera pasado un huracán. Nos falta cultura. Los colegios y hospitales deben estar funcionando también, con cuentas financieras claras y al día con infraestructuras dignas, esto es un grito desesperado. No podemos ser una ciudad 5 estrellas sin los mínimos vitales.

Podría extenderme en el gran inventario de errores y problemas de la ciudad, pero lo correcto es tener un alcalde y un gerente, una junta directiva (Consejo distrital) y todos los gremios, tanto los dependientes de la industria pesada de Mamonal, la industria marítima, los de servicios turísticos, el comercio y los independientes; todos trabajando hacia un mismo fin: Justicia, seguridad, infraestructura y autoridad; sin estos 4 preceptos estamos condenados a no llegar a los 500 años.

leer Cartagena en cuenta regresiva



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