Respuesta a Rudolf Hommes a Raiz de una Columna sobre Salud
Apreciado Mario, cuando dije que me había extendido un poco fue
en la nota , porque si es de extenderse UF !! Lo que falta es increíble. Por
otro lado para no redundar en tus comentarios, hay temas de la
"deshumanización médica" que magistralmente escribió el Profesor
Fernando Sánchez Torres MD en El Tiempo
Al Dr. Roberto Esguerra hoy en EL Espectador
Releer el Síndrome de Adriano y Hermogenes un imperativo Un
abrazo Junior
From: "Mario Mendoza Orozco" mmo@costa.net.co
Date: Sun, 29 Jul 2012 10:35:10 -0500
To: gobustillo@une.net.co;
<rhommesr@hotmail.com>
Subject: Re: Salud retrocedimos
De acuerdo, Orlando. Ahora, sobre las cifras de cobertura, también hay
que analizar la calidad de esa "cobertura". Una cosa es atender un
paciente y otra es simular atenderlo. Aquí en Colombia las cosas se simulan, no
se hacen. Una consulta médica es un acto muy complejo que requiere, además de
conocimiento, de tiempo. La mayoría de los médicos en este sistema de la Ley 100 no tienen ni lo uno ni
lo otro, así que, aunque quisieran, no pueden atender a los pacientes, sino
simular atenderlos (o sea, atenderlos mal). Esas estadísticas de cobertura
entonces son mentirosas. Es como cuando a los desempleados desesperados en el
rebusque cotidiano, los "toderos", se les mete en las estadísticas de
personas con empleo como "trabajadores informales", y así bajan
las cifras de desempleados.
Lo otro que hizo este sistema de salud fue acabar con la medicina. El doctor
Hommes quizás no sufrirá en carne propia esta realidad, porque seguro
tendrá dinero e influencia para buscar un buen médico de los que todavía
quedan, que cada vez son más escasos y que pertenecen a una generación formada
antes de que la salud se convirtiera en un negocio de particulares. Un
desproporcionado porcentaje de médicos jóvenes tienen muy mala formación, lo
cual está nivelando la calidad del médico colombiano por lo bajo. Así que de
pronto al Dr. Hommes le toca padecer algo de esto, en la eventualidad de que el
azar lo enfrente al engranaje inicuo del sistema en una circunstancia en que su
vida o la calidad de la vida de que le quede dependa de la atención primaria de
uno de esos médicos mal pagos, desmotivados, sin ética porque no tienen tiempo
ni de pensar en eso sino en salir corriendo de donde están para ir a ver cómo
completan para poner la olla en la casa...
No es retroceder, Dr. Hommes. Se trata de avanzar, y de considerar que la
medicina se hace con los médicos, y que los médicos y la profesión médica ha
venido siendo maltratada por una legislación que ha beneficiado sobre todo, a
los intermediarios, que son los dueños del negocio.
Mejor no sigo, porque ya vamos para los síndromes de Hermógenes y
Adriano, que le recomiendo al Dr. Hommes que lea (que los busque en Google).
Saludos,
Mario Mendoza Orozco MD.
Ex-Jefe, Dpto. Médico, U. de Cartagena.
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From: <gobustillo@une.net.co>
Sent: Sunday, July 29, 2012 9:14 AM
To: <rhommesr@hotmail.com>
Subject: Salud retrocedimos
Apreciado amigo, Rudolf (Ruddy). Pocas veces estoy en desacuerdo con tus reflexiones como hoy.-El Universal página11 A Julio 29 2012: Salud: no retroceder- http://www.eluniversal.com.co/columna/salud-no-retroceder
From: <gobustillo@une.net.co>
Sent: Sunday, July 29, 2012 9:14 AM
To: <rhommesr@hotmail.com>
Subject: Salud retrocedimos
Apreciado amigo, Rudolf (Ruddy). Pocas veces estoy en desacuerdo con tus reflexiones como hoy.-El Universal página
El papel resiste todo pero la realidad es tozuda. Colombia ostenta el Primer lugar y medalla de Oro por no tener Seguridad Social. El pluralismo estructurado y la oferta asistencial en salud se basaron en la contribución y la cobertura universal en
Y, contrario al SNS (que sólo había que meter preso a 10) con la estructura de la ley 100 (sin justicia) hay que meter a 1000 presos. Corrupción mas "No Justicia" y la privatización total del sistema de la salud: el queso se lo robaron!
Yo, por ser Medico he sufrido estoicamente la terquedad de no haberle trabajado al sistema y sigo ejerciendo
Miremos las enfermedades prevalentes: todas disparadas. Miremos los indicadores sociales en salud: pésimos. Miremos las escuelas de Medicina?? La norma es magnífica!!!! Pero en un país de "Santos"(celestiales no terrenales).
No podemos seguir prometiendo salvación eterna a una población que desde la "cuna materna" viene enferma y la tasa de natalidad de los "nada favorecidos" crecer exponencialmente.
La cobertura aumenta, para atenderla donde? sabes hace cuanto no le pagan y la miseria de salario a los médicos y afines ? Un país con este sistema y techo tarifario? Tarifas todas ISS menos un x %? En una familia de 5 hermanos ayudar a uno que cae en desgracia se puede, pero que 3 caigan en desgracia? 2 no pueden ni con ellos mismos! Pues esa es la proporción de pobres.
La elusión mas la capita asignada hace "Imposible" la asistencia en una "Población Enferma" y que sigue enfermándose. Me extendí y falta!!!! Un abrazo fraternal, Junior
Orlando Bustillo Jr MD
Cc 73079486
www.gobustillo.com
Frecuentemente se olvida lo que se ha logrado desde la expedición
de la Ley 100 y
la privatización de parte del sistema de salud. Fernando Ruiz Gómez, de la Universidad Javeriana ,
lo dice sucintamente: “…antes de 1993, el sistema era muy inequitativo: cubría
74.3 por ciento de las necesidades de atención médica de los ricos. En
contraste, solamente el 16 por ciento de los más pobres accedía a servicios
médicos” (El Espectador, 20 de julio de 2012, p.16). Añade que la cobertura
actual de servicios médicos es de 83 por ciento para los pobres y 71 por ciento
para los ricos, según informa la
Encuesta de Calidad de Vida de 2010.
Este es un logro monumental, sin lugar a dudas, pero en lugar de querer avanzar, ya nos están invitando a que regresemos al sistema estatal anterior que estaba en manos de insaciables políticos y sindicatos, y operaba con servicios y coberturas muy inferiores a las actuales. Con frases de cuño oficial como la de que “la salud no es un negocio” se está promoviendo la idea de acabar con lo que se ha alcanzado sin entender que la salud tampoco debe usarse para pagar nominas infladas y conquistas sindicales exorbitantes.
Se cometería una imprudencia de insospechada magnitud si se permite echar para atrás, pero hay que admitir que el sistema tiene muchas fallas y que los gobiernos se han demorado en subsanarlas. Los que hoy acceden a los defectuosos servicios del sistema actual no se acuerdan de que hace 20 años no tenían acceso, ni perciben que se ha avanzado muchísimo en cobertura, en calidad y en equidad. Por eso está ganando adeptos la idea de revocarla Ley
100 y retroceder.
Parte del problema del sistema se deriva de su propio éxito: en 1993 solo el 20 por ciento de la población estaba asegurada y hoy lo está el 92 por ciento, según informa Ruiz Gómez. La tasa de hospitalización se aproxima a los estándares europeos. Se ha desbordado la demanda y el sistema no estaba suficientemente preparado en términos de financiación y de organización institucional para absorberla.
A esto ha contribuido un consumo desproporcionado y frecuentemente suntuario de servicios de salud inducido por las decisiones judiciales y por buenas intenciones o impulsos populistas del mismo ejecutivo. En el afán de ampliar la canasta de servicios de salud no se ha tenido en cuenta la restricción presupuestal, o sea la elemental realidad de que los recursos no alcanzan para financiar todos los servicios consagrados como derechos, o que hacen falta recursos donde se necesitan mientras que otros sobran y quedan ociosos en cuentas bancarias..
Las entidades proveedoras del servicio han tenido que racionarlo arbitrariamente o tramposamente y han tratado de allegar más recursos por otros medios, no todos admisibles, lo que ha provocado el desprestigio de las EPS, por ejemplo, y ha hecho progresar un movimiento para que las acaben, lo cual le daría un golpe mortal al sistema. A esto último ha contribuido una Superintendencia de Salud débil, infiltrada desde anteriores gobiernos por la politiquería y la corrupción. Cuando no hay una regulación y un adecuado control estatal, el sector privado no es capaz de auto controlarse.
El estado actual del sistema requiere urgentemente soluciones audaces y mecanismos de control. Por eso no ha gustado que la ministra de Salud ha solicitado más tiempo para ofrecer una solución integral. Pero hay que dárselo y ayudar por todos los medios posibles a que se llegue a algo que preserve los sustanciales logros alcanzados y solucione los problemas, sin destruir lo que opera deficientemente.
Este es un logro monumental, sin lugar a dudas, pero en lugar de querer avanzar, ya nos están invitando a que regresemos al sistema estatal anterior que estaba en manos de insaciables políticos y sindicatos, y operaba con servicios y coberturas muy inferiores a las actuales. Con frases de cuño oficial como la de que “la salud no es un negocio” se está promoviendo la idea de acabar con lo que se ha alcanzado sin entender que la salud tampoco debe usarse para pagar nominas infladas y conquistas sindicales exorbitantes.
Se cometería una imprudencia de insospechada magnitud si se permite echar para atrás, pero hay que admitir que el sistema tiene muchas fallas y que los gobiernos se han demorado en subsanarlas. Los que hoy acceden a los defectuosos servicios del sistema actual no se acuerdan de que hace 20 años no tenían acceso, ni perciben que se ha avanzado muchísimo en cobertura, en calidad y en equidad. Por eso está ganando adeptos la idea de revocar
Parte del problema del sistema se deriva de su propio éxito: en 1993 solo el 20 por ciento de la población estaba asegurada y hoy lo está el 92 por ciento, según informa Ruiz Gómez. La tasa de hospitalización se aproxima a los estándares europeos. Se ha desbordado la demanda y el sistema no estaba suficientemente preparado en términos de financiación y de organización institucional para absorberla.
A esto ha contribuido un consumo desproporcionado y frecuentemente suntuario de servicios de salud inducido por las decisiones judiciales y por buenas intenciones o impulsos populistas del mismo ejecutivo. En el afán de ampliar la canasta de servicios de salud no se ha tenido en cuenta la restricción presupuestal, o sea la elemental realidad de que los recursos no alcanzan para financiar todos los servicios consagrados como derechos, o que hacen falta recursos donde se necesitan mientras que otros sobran y quedan ociosos en cuentas bancarias..
Las entidades proveedoras del servicio han tenido que racionarlo arbitrariamente o tramposamente y han tratado de allegar más recursos por otros medios, no todos admisibles, lo que ha provocado el desprestigio de las EPS, por ejemplo, y ha hecho progresar un movimiento para que las acaben, lo cual le daría un golpe mortal al sistema. A esto último ha contribuido una Superintendencia de Salud débil, infiltrada desde anteriores gobiernos por la politiquería y la corrupción. Cuando no hay una regulación y un adecuado control estatal, el sector privado no es capaz de auto controlarse.
El estado actual del sistema requiere urgentemente soluciones audaces y mecanismos de control. Por eso no ha gustado que la ministra de Salud ha solicitado más tiempo para ofrecer una solución integral. Pero hay que dárselo y ayudar por todos los medios posibles a que se llegue a algo que preserve los sustanciales logros alcanzados y solucione los problemas, sin destruir lo que opera deficientemente.
Respuesta a Rudolf Hommes a Raiz de una Columna sobre Salud
Reviewed by Orlando Bustillo Jr
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