Salmo 5

Como el salmista: 

Escucha mis palabras, Yahveh, repara en mi lamento, atiende a la voz de mi clamor, oh mi Rey y mi Dios. Porque a ti te suplico, Yahveh, ya de mañana oyes mi voz; de mañana te presento mi súplica, y me quedo a la espera.Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo.No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos. Detestas a todos los agentes de mal.

Dios ilumina nuestro pueblo. Y, cada uno sea mejor cada dia por el bien de todos.

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