Barrio caótico
Este mes, cada día, ha sido un sobresalto sobre otro; no hay forma de dar
una lectura histórica de lo que nos está pasando; la justicia y su sistema
hacen aguas.
Trato de entender por qué una constitución, que es la norma de normas y
que tiene como único propósito la convivencia en nuestro país, la violamos
constantemente.
Hoy no podemos exigirle a cualquier ciudadano que entienda lo que ha
pasado en este país en los últimos años; ya nadie sabe a quién creer y mucho
menos a quien obedecer.
Para la muestra un botón: Tomemos un ejemplo, un barrio, cualquier
barrio serviría como ejemplo, pero voy a utilizar a Bocagrande en Cartagena. ¿Quién
se atreve a definir qué tipo de barrio es? ¿Residencial? ¿Comercial? ¿Turístico?
¿O todos los anteriores? Lo más absurdo de todo, es que es el barrio más
pequeño y de menor número de hectáreas útiles que tiene Cartagena, (Menos de 60
manzanas) y se ha vuelto una olla en la que todo el mundo hace lo que a bien le
dé la gana.
En cada manzana las aceras están tomadas por la informalidad; las calles
con un tráfico caótico y denso; aquí no pasa nada y al mismo tiempo pasa de
todo.
Fin de semana, la playa es un amenazante tugurio marino. Cualquiera
puede atracar su bote en cualquier parte, acosar al transeúnte y amenazar al
que se le atraviese. El área hospitalaria tiene los signos de “No pitar”, “No
hacer bulla” y “Respetar al enfermo”, pero justo es donde más pitan los taxis;
el campo de softball se convirtió en cantina y música a todo volumen; ni que
decir de los “pescadores” de turistas, para llevarlos a las paradisíacas islas
de Tierrabomba.
¿Seguridad? Hoy tenemos casas y edificios con subarriendos para turistas
que no cumplen con formalidades; lugares de muy poca reputación donde pulula el
microtráfico, atracos a los carros e indigentes que deambulan por doquier.
Los negocios formales que le representan ingresos por tesorería al
distrito pasando dificultades por competencias desleales e informales, y en las
narices de la autoridad. Y no hablemos del asalto visual a las buenas
costumbres y el buen comportamiento. ¡Nos rajamos! ¡El ecosistema destruido!
Vuelvo al principio de este escrito. Si el ejemplo lo da el loquero, ¿Que
se espera del loco? Triste y doloroso ejemplo que están dando nuestros líderes
de la autoridad, seguridad y justicia en este país.
1 comentario:
Júnior:te felicito por tu blogger.El dia que aspires a ser el burgomaestre de la Heroica, cuenta conmigo .
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