Todos somos científicos

Todos los que estudiamos profesiones vocacionales como la medicina, tenemos un pequeño ego de científicos en nuestro interior. Pero valga recalcar que la medicina sigue siendo un arte, una vocación y una pasión por servir.

En estos tiempos, nos ha tocado vivir con una hiperpoblacion (Casi 8 billones de habitantes), algo nunca imaginado. Somos muchos para pocos países. Gobernar esta población en escasas 194 naciones reconocidas como soberanas es casi imposible. Si a eso le agregamos la crisis del liberalismo y las autocracias de las redes sociales, una pandemia como la actual, aturde. 
Una de las primeras víctimas de esta pandemia es la democracia. 

El COVID 19 no es diferente a todas las formas como nacieron las enfermedades en su momento emergentes, las transmisibles; existen las enfermedades epidémicas no transmisibles que están cobrando más vidasque la ocasionada por el coronavirus como son aquellas derivadas del pésimo estilo de vida. Ejemplos de estas: La obesidad y sus consecuencias. El hambre que se estructuró en muchas regiones subsaharianas y países pobres. Y muchas otras metabólicas.

Podría extenderme en la accidentabilidad, la delincuencia común y la intrafamiliar.

¿Porque comencé este escrito con esta reflexión?

Para explicar lo más sencillo de la pandemia: No sabemos casi nada.

Una enfermedad per-se, tiene su historia natural que consiste en cómo se origina y como se acaba o como acaba con el paciente.

Hasta donde mi memoria recuerda, sabemos que la única enfermedad con historia natural conocida desde la A hasta la Z es el cáncer de cuello uterino que permitió hacer con tiempo,después de muchísimos decesos, intervenir adecuadamente la enfermedad.

Las otras enfermedades sabemos su etiología, manifestaciones clínicas de fisiopatologías no 100% aclaradas en la mayoría; protocolos de tratamiento que siempre están bajo la lupa de nuevas evidencias. Por eso su estudio constante.

También es cierto que estamos llegando a viejos, emparapetados con soportes vitales y medicamentos que nos permiten vivir bajo un mínimo de bienestar (¿malestar?) físico, mental y emocional para interrelacionarnos con amigos y familias.

¿Qué enfermedades emergentes he visto desde el primer día de clases de escuela de medicina? La primera y más escandalosa en su momento: El SIDA. Luego hay una cantidad enorme de enfermedades infecciosas con características de pestes. SARS 1, H1NI, H5N1, influenza aviar, ébola y otras reemergentes como la enfermedad legionaria, Lyme, hantavirus, enfermedad de las vacas locas y así sucesivamente.

Todas han sido combatidas con medidas higiénicas y comportamiento social.

El COVID 19 no es diferente a todas las anteriores.
  
Hasta no conocer bien su fisiopatología, el cuadro clínico completo (He propuesto en diferentes grupos de redes sociales crear criterios mayores y menores de la enfermedad). Hasta el sol de hoy siguen apareciendo nuevos signos y síntomas; sumado a esto no hay tratamiento comprobado ni vacuna segura, la cual tomará más tiempo a pesar de las nuevas tecnologías de desarrollo de estas, éticamente no es fácil probarlas en humanos sin el rigor que se exige para las mismas.

Mis sugerencias son: Seguir las recomendaciones de las autoridades oficiales tanto gubernamentales como científicas. Que a su vez sin arrogancias ni megalomanías,nuestros líderes acepten su impotencia y se asesoren bien.
Y, por último, algo que cada día veo menos por las urgencias que cada uno legítimamente tiene: Sentido común.

#Quedateencasa





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