ORLANDO BUSTILLO ARRIETA EN SUS 15 AÑOS

Orlando 15 años después

“Al Padre, Amigo, colega y Maestro”

Orlando Bustillo Arrieta 1932-1996

Sustraerme y quitarle el sesgo de ser su hijo y el amor filial es un imposible pero tratando de apartar ese sentimiento me limito a una apología del hombre que fue y aun muchos extrañamos.

Desde su nacimiento en su amada Cartagena y recorriendo en sus vacaciones con sus hermanos a su siempre entrañable y orgullosa San Juan de Nepomuceno. Cultivó una de las grandes virtudes del líder natural: Dar y Servir. Nunca abandonó esa condición humana, por el contrario, doblegando su temperamento a veces difícil de dominar, cultivó ese espíritu de servicio con una aguda inteligencia.

Muy temprano y recién graduado del colegio ya tenía un nombre dentro de sus amigos como leal y siempre cumplidor de sus principios morales, amigo de sus amigos. Era apenas sus primeros pasos en la facultad de Medicina, su pasión, cuando en unión a Muriel fundó su familia, institución que honró y guardó para si como el tesoro que lo haría trabajar 24 horas del día , quienes lo conocieron bien saben que digo la verdad; el Dr. Hernando Espinosa Paris lo llamó el “eterno residente de Ginecología”. *Residente: estudiante de postgrado en formación académica como especialista.

Podemos deducir que un matrimonio joven y unos hijos que comenzaron inmediatamente a llegar, no fueron pocos los apremios económicos, los cuales fueron sorteados uno por uno con la ayuda de amigos y familiares que los , Muriel y Orlando lograron ir abriéndose poco a poco en la vida. Odiseas tales como llegar a Chicago, la ciudad que amó por gratitud de haber recibido su formación como especialista y oportunidades de trabajo que ayudaron a mantener su familia, con 6 hijos pequeños y forjar su especialidad, regresó a Cartagena para cuidar de nuestras pacientes y así muchas otras peripecias.

Orlando, no conforme con el ya agotador trabajo de medico ginecoobstetra, se compromete con la ciudad desde el concejo, Cámara Junior, Club Cartagena, Concurso Nacional de la Belleza, Hospital Bocagrande y su Universidad de Cartagena entre muchas. Desde cada una de estas posiciones e incansablemente sacrificaba sus años biológicos y sus descansos para liderar en el servicio y dar a la gente por lo menos siempre una esperanza para sobrellevar los avatares de la vida. NO en vano dedicó las madrugadas a sus parturientas, ayudando a mitigar los dolores que solo la mujer sabe cómo son estos padecimientos.

Era un líder, era un señor y un gran amigo de todos. Manejar situaciones fáciles no fue una constante, todo lo contrario. A los que por fortuna, fuimos muchos, tuvimos la fortuna de estar a su lado en el oficio de atender pacientes gozamos de sus enseñanzas y capacidad de trabajo; hoy por hoy no podría decir que no hace falta, muchos se me acercan a decirme “si Orlando estuviera vivo otro gallo canta con la ley 100”. No estoy seguro de esto último, este engendro de ley de asistencia en la salud es un monstruo grande y pisa fuerte; pero, seguro si estoy que hubiera seguido luchando por mejorar las cosas del sistema de salud no solo para los médicos sino principalmente todo lo que fuera en beneficio del paciente. Médicos, Enfermeras, Auxiliares de enfermería, laboratorio, camilleros...Todos los que de una u otra forma hacemos parte del sistema de salud.

Orlando se lo llevó casi como una parodia de su oficio en 9 meses una enfermedad que lo ayudó en su sufrimiento a encontrar la paz, aceptando con la Fe que abrazó siempre a su Dios Católico y cristiano.

Respetó las leyes, las instituciones en las que participó como su partido conservador, el club Cartagena, Hospital Bocagrande, Universidad de Cartagena, Cámara Junior y su propia ciudad de Cartagena la cual amó y en su interior dirigirla como alcalde fue un anhelo permanente. Esta semblanza de mi Padre 15 años después de su muerte es un resumen en un momento histórico de crisis de liderazgo en los sectores político y social que vivimos este tipo de vida como la de Orlando deberíamos emular. Cartagena, la Salud y combatir la corrupción en Colombia necesitan personas como él.

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles” Bertolt Brecht

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