Nuestra actitud es de irresponsabilidad (me incluyo sin ser precandidato, pero si activista). 

La enorme cantidad de personas que, si bien pueden tener la preparación y la capacidad para ser presidente, solo necesitamos uno. Y, cada uno sabe hasta donde llega su popularidad y simpatía en el elector colombiano. 

No se crean el ombligo del mundo. Por favor, decanten la ira, rabia y el ego, está en juego la libertad, la soberanía y la salud emocional de los colombianos.  

Al oído de cada uno de los precandidatos, les escribo con sumo respeto, pero con mucha responsabilidad civil, nos dividieron ustedes. 

En mi familia y en el grupo de amigos cada uno tienen un nombre diferente por el que va a votar por lo tanto serán responsable que se mantenga Petro en cuerpo ajeno en el poder. 

Ivan Cepeda, con su talante de cirujano, está juiciosamente manejando los distritos de la izquierda, se ve, se siente y se palpa en el Caribe. A pesar que Gustavo Petro ha perjudicado al Caribe y ahora el pacífico, sigue teniendo, (a pesar de todo) imán.  

Nos guste o no, no necesitamos métricas para saber que vamos a ser derrotados si seguimos con esta atomización. 

En la calle y en los mentideros políticos o sociales, hay gente que todavía pregunta por algunos nombres que otrora fueron ministros e inclusive congresistas y no los conocen. En Colombia la memoria es flaca y la cultura política es precaria. 

Mientras el país incendiado en una batalla campal en las redes, los bien organizados de la izquierda van caminando con destino y meta clara. Por otro lado, candidatos “show” y outsiders sin experiencia ninguna y con vocinglerías que mas parecen una tapadera están confundiendo mas al elector primario. 

Como se dice en el deporte ya estamos por cuenta del árbitro: el VAR ¡Se acabó el tiempo de los 90 minutos y vamos perdiendo el partido así de simple!